sábado, 30 de diciembre de 2017

Tiempo.


El tiempo siempre es una oportunidad y  cada segundo cuenta. Seamos concientes de esto o no. El tiempo medible, la vida en sus tramos finitos y ordenados en minutos, en días, en meses, en años nuevos; nos va proponiendo experiencias únicas con las que aprender a vivir.

Un año es una buena medida para tomar el pulso de la propia historia, y mirar-se, y ver si uno está yendo para donde quiere/debe/sueña... ir.

A veces las instancias de aprendizaje son dolorosas, a veces felices, a veces quedan bien separadas unas de otras, y mayormente vienen en un "todo junto" inseparable. Entonces la vida y la muerte se entrecruzan, el amor y las desilusiones se dan la mano, las distancias y las presencias se van alternando con una sincronicidad que maravilla o asusta según el caso, los fracasos y los nuevos intentos marchan por los mismísimos carriles prácticamente uno al lado del otro.

Para los que queremos vivir abiertos, des-corazados, corazonando casi todo sino todo; para los que no soportamos estar frente al mar y solo mojarnos la punta de los pies cuando es posible sumergirse entero; para los que no nos es opción rendirnos por oscuros que se presenten los paisajes; un año nuevo es la continuidad de todo lo que ya se viene viviendo pero con una ilusión renovada; con la fe ciega en esos "tiempos oportunos" que van a sorprendernos en medio de relojes y almanaques y que no podremos medir, y que no podremos calcular, y que no podremos más que agradecer y celebrar. Y los habrá. Tiempos que nos unen con hilos invisibles a lo eterno, a lo insondable, a lo que no está en nuestras manos.

Un tiempo para transcurrir y andar, y un tiempo para esperar.

Desearnos cosas buenas, y no solo eso, decirnos universalmente "Feliz año" con convicción en el deseo, no puede dejarnos igual. Vamos a comenzar de nuevo, vamos a atravesar el tiempo, a ponernos en movimiento vital hacia aquello que soñamos y creemos, vamos a proponernos ir atentos otra vez, vamos a permitirnos la esperanza, vamos a organizarnos por dentro para soltar lo que ya no ha de seguir con nosotros, vamos a perdonar y perdonarnos, vamos a dejar-nos vivir... vamos a dejar-nos Vivir. 

¡Feliz Año Nuevo para todos!




2 comentarios:

Nicolás dijo...

Hermoso texto, Ana querida.
"Para los que queremos vivir abiertos, des-corazados, corazonando casi todo sino todo; para los que no soportamos estar frente al mar y solo mojarnos la punta de los pies cuando es posible sumergirse entero".
Que nunca dejemos de sumergirnos, que la hondura es una vocación, un llamado. Y que cada segundo sea verdaderamente una nueva oportunidad.
Feliz Año! Siempre es bueno leerte. Abrazo enorme

Analía dijo...

Nico!!! que bueno encontrarte por acá.. ayer nomás estuve buscando rastros tuyos, te leí, de verdad te busque. Deseo toda la felicidad abierta para vos en el tiempo que viene, no dejes de soñar ni de escribir, así..con el corazón en la mano,viviendo intensamente. Te mando un gran gran abrazo!

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