domingo, 31 de mayo de 2015

de aprender a vivir


Los tiempos difíciles, aunque uno no lo sienta del todo, también forman parte del encadenado de esperanzas que nos habitan.
Resistir, sostenerse, no dormirse, no distraerse de la vida.
Esperar en medio de las cosas que pesan y cuestan; no dejar que el desánimo nos tome por completo ni que el corazón se cierre o se distancie de las cosas que importan, parece ser el modo. 
Cuando la voluntad escasea, cuando se está solo, cuando poco importan las lecciones que uno daba por aprendidas, la esperanza se vuelve vital. Aunque haya que luchar para mantenerla, aunque haya que llorar para suplicarle que no nos abandone, aunque el amor venga camuflado en dolor e ingratitud, aunque haya que tener la desobediencia necesaria para no hacerles el menor caso a las voces que desde adentro nos tiran para abajo y nos generan confusión. 
Siempre hay algún sueño chiquito que nos aferra el corazón del lado de la alegría, ese pedacito de cielo azul en medio de la tormenta.




1 comentario:

mariana dijo...

que lindo es pasar por aca, que lindo lo que sale de tu alma...."no dejar que el desánimo nos tome por completo ni que el corazón se cierre o se distancie de las cosas que importan" me cautivo el corazón,lo hago oracion

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