sábado, 19 de julio de 2014

AMIGOS


(Podría escribir sus nombres esta vez, pero voy a hablar de ellos no hablando solo de ellos, y entonces prefiero guardar algo más que solo nombres. 
Sé que si pasaran por acá, podrían reconocerse entre mis letras, así que los nombro para adentro mientras pido a Tata Dios que los bendiga especialmente, y le doy gracias por tanto regalo de camino.)

Cuando la tristeza me ganaba el corazón, y mis pedidos de auxilio eran desesperados, cuando no podía mirar más allá de algún pozo, cuando solo podía apacentarse mi impaciencia con cariño…

Cuando alguna encrucijada del camino me acobardaba demasiado, y me hacía irremediablemente ir para atrás a riesgo de perderme, cuando no encontraba la salida y mi encierro solamente podía ser contrarrestado con confianza…

Cuando abulia y desgano eran fuertes potencias, cuando el sinsentido parecía el único sentido, cuando ese adormecerse frente a la vida solo podía ser despertado con ternura…

Cuando la desesperación y alguna bronca se hospedaban en mí, cuando el enojo me hacía fruncir ceño y corazón, cuando mi puro gesto de defensa necesitó ablandarse con escucha…

Cuando el dolor me traspasó la historia, cuando la noche parecía interminable, cuando el silencio de la no respuesta y la “injusticia” era tan insoportable que solo un abrazo sincero y cercano podía ser descanso…

Cuando la soledad se hizo temible, y parecía que ya no habría manera de volver a celebrar en el camino, cuando cada paso carecía de sentido a mis ojos, cuando no había manera de mirar más lejos a menos que alguien viniera a recordarme que era necesario levantar la mirada…

Cuando fue empezar de nuevo después de los fracasos, cuando necesité reconocerme nuevamente capaz para el camino, cuando la desconfianza hacia mí misma encontró algún eco cerca diciendo en convencido acto de fe “vos podés”…

Cuando mi imagen estaba tan distorsionada que ya no podía reconocerme a mí misma, cuando mi identidad era solo un listado de errores y debilidades personales, cuando no podía mirar a los ojos y era necesario un espejo verdadero que pudiera devolverme en reflejo también mis cosas valiosas…
Y también…

Cuando la alegría fue tanta que el corazón se me saltaba del pecho y necesitaba compartir, cuando hubo un otro cercano celebrando conmigo y uniéndose a mi fiesta…

Cuando el perdón se hizo regalo, cuando las defensas se fueron diluyendo y pude salir de mí misma a encontrarme con otros…

Cuando pude constatar la mirada de esperanza en la presencia inamovible de ese amigo, una paciencia y una confianza a prueba de todo…

Cuando la vida me sonríe y tengo ganas de cambiar el mundo empezando por mí…

Cuando los ojos miraron adelante con serena confianza y  escuché en claro aliento la voz cálida y única de quien me conoce, me cuida, y me quiere como soy…

Cuando soñé chiquito o cuando soñé a lo grande, y pude sentirme comprendida, acompañada, alentada …

Cuando el silencio, cuando la canción, cuando la necesidad, cuando lo gratuito, cuando la alegría, cuando algún pesar, cuando el desafío, cuando el descanso, cuando la rutina, cuando la sorpresa, cuando la verdad, cuando lo secreto, cuando hubo rumbo, cuando todo fue confuso…

Ahí han estado SIEMPRE unos compañeros de camino tan maravillosamente valiosos que casi me parece mentira que pueda haber sido “merecedora inmerecidamente” de tanto, tanto, tanto REGALO.

Cuando pienso en estos compañeros de camino que se me ha regalado conocer y compartir; se me conmueve el corazón con una alegría tan inmensa que difícilmente podría decir en palabras. 
Si el corazón hablara, sé que solo podría repetir una y otra vez, GRACIAS..GRACIAS…GRACIAS!

1 comentario:

mariana dijo...

no tengo tantas lindas palabras que cedirte,solo que te abrazo en esta distancia y agradezco a Dios q seas parte de mi vidaaaaa!!!!!!!te quiero muchoo,te quiero en jesus y maria!!!!!

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